lunes, 13 de agosto de 2007

Breve Historia de Catamarca









Catamarca es una voz quichua que significa fortaleza en la falda, aludiendo al emplazamiento geográfico de la ciudad:
Cata: falda o ladera.
Marca: fortaleza o castillo de la frontera.
Catamarca fue fundada por primera vez a mediados de 1558 por Juan Pérez de Zurita, con el nombre de Londres de la Nueva Inglaterra, en homenaje a Felipe II, cuya esposa María Tudor era inglesa. Lo hizo en el valle de Quinmivil, sucediéndose dos fundaciones posteriores: una con Ramírez de Velazco en 1591, en el mismo lugar; y el 5 de julio de 1683, en el lugar que hoy se encuentra su capital (faldeos del Ambato, sobre la margen derecha del Río del Valle), por don Fernando Mendoza de Mate de Luna.
En el ínterin entre la segunda y tercera fundación le fue quitada la jerarquía de ciudad por disposición de la Cédula Real de Carlos II, del 16 de agosto de 1679, por tratarse de una ciudad "virtual" sin casas, sin iglesia, y con escasa población dispersa.Sólo el estandarte real daba presencia a dicho estado. Hasta 1821, los territorios de Tucumán y Catamarca permanecieron unidos. Hasta que el 25 de agosto de dicho año, Nicolás Avellaneda y Tula, quien presidía los destinos de Catamarca a nombre de la República de Tucumán, convocó en la Casa Municipal a lo más selecto de la sociedad catamarqueña.
Fue entonces cuando declaró, solemnemente, que Catamarca y su territorio eran tan libres como todos los demás pueblos constituidos en provincias. Así se disolvió la dependencia con la República de Tucumán, y se eligió como primer gobernador a Nicolás Avellaneda y Tula.
Catamarca aportó a la gesta de la Independencia, con hombres, pertrechos y víveres, y a su organización Nacional con las palabras del "Orador de la Constitución" Fray Mamerto Esquiú en su célebre sermón,"Laetamur de gloria vestra" (nos alegramos de vuestra alegría), palabras moderadoras y sensatas que convocaban a los espíritus a la paz y el orden. La noticia de la Revolución de Mayo llegó a Catamarca un mes más tarde. Abocándose a las instrucciones recibidas, a través de las circulares de la Primera Junta, el Cabildo tomó las medidas conducentes a la elección de un diputado catamarqueño.
Hubo un intento de continuidad del viejo régimen gestado por el subintendente Francisco de Acuña, quien se hizo elegir para aquella función en el Cabildo Abierto reunido al efecto. Pero su persona no reunía las cualidades requeridas. Fue preciso convocar un nuevo Cabildo Abierto, que consagró el nombre de José Antonio de Aguilera, nativo del lugar. El Cabildo, al comunicar a la Junta la designación del nombrado, destaca su idoneidad, ilustración y méritos adquiridos en servicio a la patria.
Un contingente de catamarqueños a las órdenes de Bernardino Ahumada y Barros participó en la batalla de Tucumán, recogiendo también los laureles del triunfo decisivo para la causa de Mayo. Belgrano le había dicho al mencionado jefe: "Si los hijos de Catamarca quieren cubrirse de gloria y dar laureles a su provincia que vengan a unirse a los jujeños, salteños, tucumanos y santiagueños".
1862 y 1868 se extiende un período sumamente turbulento (llamado "la noche de los siete años") en el que sin interrupción, se suceden las asonadas, la destitución y reposición de gobernadores, las intervenciones, las luchas armadas, y otras vicisitudes cívicas que mantienen a Catamarca en permanente zozobra. Aún sobreviven viviendas con techos rojos de construcción coloniales, con amplios portales y patios de sol, que rememoran la etapa fundacional. Es una ciudad turística tradicionalista de importante comercio y activa vida cultural. Las actividades productivas principales son la agricultura intensiva y la minería. Para la agricultura se han aprovechado los espacios intermontanos, tales como los bolsones y valles.






1 comentario:

Unknown dijo...

Hola amigos! Muy linda página, felicitarlos por ella a todos los que hicieron este gran trabajo.Actualizarla un poquitín y que nuestra participación ayude a ella. Un abrazo bien Catamarqueño.